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Susu

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Susu

Paso a paso

By 20 noviembre, 2020 No Comments

Puedo respetar distintas opiniones respecto a lo que estamos viviendo puesto que hay tantas como realidades existentes y cada uno es como es.

Hasta puedo entender a Bosé y a Alaska, y que estén preocupados por las familias que conforman sus equipos de trabajo. Seguramente hayan tenido que suspender eventos y giras. Y esa no es una buena noticia para nadie.

Esta situación pone en juego los recursos de muchos sectores. Pero el virus no entiende de sensibilidades ni de gremios o profesiones. Su objetivo es expandirse y conquistar el máximo de organismos vivos.

Así que, aunque como humanos necesitemos compartir nuestras dudas, quejas y frustraciones, ante todo debemos respetar las medidas de prevención que son la mejor arma que tenemos en estos momentos para luchar contra este enemigo invisible que utiliza nuestros cuerpos a su antojo. Tal vez a nosotros directamente nos cause un daño leve pero la realidad es bien distinta cuando alcanza a terceros. Diariamente cientos de personas mueren por la Covid en nuestro país y miles sufren diferentes síntomas persistentes. Miles de personas con otras patologías también se ven afectadas por el colapso sanitario al que se enfrenta el sistema por culpa de este nuevo virus aún desconocido.

Tanto si creemos como si no creemos. Tanto si pensamos que esto es algo calculado como si no. Bill Gates, Trump o Bolsonaro, el Gobierno comunista Chino, o el mismísimo anticristo. Lo importante no es sólo buscar culpables sino resolver el problema de la forma más eficaz posible.

Occidente está confuso porque la libertad individual, concepto en torno al que se erige, ahora está completamente en jaque. Al virus le trae sin cuidado la libertad personal. Y estamos tan acostumbrados a que todo lo que atente contra ella es negativo que hasta las medidas de prevención que garantizan la supervivencia y protección de miles de conciudadanos las vivimos como una agresión.

Pero es que, repito, el virus pretende conquistar cuerpos. Y gana la partida si le dejamos que lo haga, sin más. La famosa inmunidad de rebaño supone la pérdida de cientos de miles de vidas humanas. Ya hemos superado con creces el millón de muertes. Algo inasumible en pleno siglo XXI.

Si el militarismo que ha ayudado a controlar la pandemia en algunos países asiáticos nos crea rechazo, tal vez podríamos, en su lugar, utilizar el concepto de trabajo en equipo. Concepto más familiar y que no atenta contra nuestra libertad.

Entendamos, pues, que en este momento somos como un equipo de fútbol y cuanto mejor juguemos antes saldremos de esta.

Todos queremos que la economía se recupere y volver a celebrar la Navidad sin miedo. Necesitamos relajarnos y disfrutar de nuestros amigos y familiares. Volver a ir al cine y al teatro. Y que nuestros mayores y enfermos puedan respirar tranquilos y salir de su encierro.

Nadie ha ganado con esta crisis de mierda. Bueno, tal vez algunos malévolos avariciosos. Eso, desafortunadamente, sucede siempre. Y también es cierto que algunos cambios se han precipitado porque nos estamos convirtiendo, a marchas forzadas, en una sociedad más tecnológica.

Pero estoy convencida de que la mayoría de personas lo único que quiere es acabar con este maldito virus que nos ha robado la Vida.

Por todo ello os animo a que no bajéis la guardia. Hay que pasar el invierno y reducir los contagios al mínimo. Y así, entre todos, lograremos controlar la pandemia.

Luego, ya pensaremos si nos vacunamos o no. Vayamos paso a paso.