Valoro mucho el ser escuchada en un mundo en el que la gran mayoría se ha vuelto casi sorda. Es tanta la oferta musical que lo natural es perderse en esos universos infinitos e inabarcables y pasar por encima de decenas de artistas para, finalmente, no quedarse con ninguno o tal vez un poquito con todos.
Aún recuerdo cuando de niña devoraba un solo disco durante semanas; los créditos, las letras, y por supuesto, me aprendía cada una de las canciones al dedillo. Pero no veáis en estos recuerdos o reflexiones queja alguna. Los tiempos cambian y todos tenemos que ir adaptándonos a esos cambios.
Estoy contenta porque me siento apoyada, bien acompañada y sobre todo, más sólida y madura como artista. Y quiero remarcar que este punto marca completamente la diferencia. Por fin estoy disfrutando de verdad de mi trabajo. Los que me conocéis sabéis que no siempre fue así. No es que en el pasado fuera una mala artista, ni mucho menos, lo que ocurría es que me faltaba experiencia y encima sufría lo que se conoce como el mal del pánico escénico. Mal por el que muchos artistas terminan dejando la profesión.
Afortunadamente lo he trabajado mucho y he podido superarlo y ahora estoy cantando y actuando con libertad. Ayer saliendo del Hotel Las Arenas y tras la bonita entrevista que me hizo Ximo Rovira lo pensaba. Qué gusto da poder disfrutar sin complejos delante de los demás.
Creo que estos dos años de “encierro emocional” me han sentado de maravilla. Han producido en mí el efecto de barrica. Ese tinto joven que era, tras un tiempo de introspección, ha ganado en carácter, fuerza, y ahora desprende notas más apimentadas. ¡Tengo más mala leche! En el buen sentido 😉
El tema “Mi habitación”, por el que aposté personalmente como single, no era un single al uso. De hecho pocos fueron los que le veían el potencial de llegar a la gente. Pero yo tenía una cosa clara; esa canción era la esencia del disco y veo que la gente lo ha entendido y se ha identificado con la habitación como nido, como matriz en la que nos nutrimos y desarrollamos. La habitación como barrica.
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Gracias por vuestro apoyo. Os mando un fuerte abrazo,
Susu
photos by Raquel Calvo