Buenos días,
hoy es 22 abril, víspera de Sant Jordi y como todos sabéis seguimos confinados.
Durante estos días, además de las labores de casa, compra, cocina, limpieza y deberes de los niños, retomé mis artículos y también estuve actualizando mi web.
Aquí la tenéis renovada. Veremos si hay alguna cosa pero en principio debería estar en perfecto funcionamiento.
También durante estos días leí muchísimo. Imagino que como todo el mundo. La lectura es un buen escondite.
Leí a algunos científicos, filósofos y seudocientíficos de todo tipo y estuve reflexionando sobre la vida y la muerte y también sobre qué hacer con mi disco y el sentido de mi profesión y llegué a la conclusión de que aunque no pertenezcamos al sector sanitario o a los sectores que proporcionan los servicios esenciales, nosotros los artistas siempre aportaremos valor y magia a la sociedad. No curamos ni alimentamos cuerpos pero aliviamos los corazones.
Tal vez, y digo sólo tal vez, esa persona a punto de fallecer, cuando no hay nada ya que la salve, escucha desde su teléfono o desde el teléfono de una enfermera una última canción para irse más tranquila.
Estamos aquí para ayudar a que este mundo no se deshumanice. Y la música es la mejor manera de llegar al corazón de las personas.
Debemos seguir condensando emociones, tejiendo amores y desamores, dudas y miedos en letras y melodías. Son vuestras dudas y vuestros miedos los que nosotros captamos en un espejo en el que también nos sentimos reflejados.
Y ahora más que nunca no debemos olvidar la sensibilidad de las personas, la capacidad de sentir y de soñar.
Soñar con vivir puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Visualizar que las cosas pueden ser mejores es el primer paso necesario para cambiar el mundo. Una persona que no sueña está emocionalmente rota. Hay que seguir soñando para poder reconstruir todo lo que se haya malogrado. Cuánto peor sean los tiempos más necesarios son los sueños.
Uno de los sectores más afectados por esta crisis es el sector cultural y artístico. Además, nadie tiene verdadera idea de cuándo se podrán retomar las presentaciones y conciertos. Aún estamos en medio de todo observando cómo se desarrollarán los acontecimientos. Esperemos que los peores presagios no se materialicen y que salgamos de esta.
Muchos artistas, especialmente los que sólo vivan de la música, no ingresarán absolutamente nada durante un tiempo indefinido y es lógico que si el sector ya estaba deprimido ahora se revuelva aún más. Esperemos que las instituciones estén a la altura y nos ayuden.
La salud pública prevalece frente a cualquier otro interés y así debe ser puesto que aunque muchos insistan en negar la gravedad de los acontecimientos y pongan en duda todo lo sucedido incluso sigan comparando las cifras con una gripe estacional, lo cierto es que si miras los índices de fallecimientos en los registros de las funerarias y los comparas con los de otros años se aprecia una gráfica disparada de casi treinta mil personas más fallecidas a otros años por las mismas fechas. Para aquellos que aún lo ponen en duda, más claro el agua. La gente puede conspirar lo que quiera pero uno no puede inventarse a los muertos.
Ella me Salva nació antes de todo esto y es un trabajo hecho con mimo desde el minuto uno. De hecho acabamos las mezclas a finales de enero. Muchos fuisteis siguiendo el proceso de composición y de grabación. Y me hace mucha ilusión que estas canciones sean vuestras. Y que seáis vosotros los que juzguéis si tienen o no calidad.
Una de las decisiones que valoraba ya antes del confinamiento era si enseñar o no el disco gratuitamente desde mi web. Y más ahora, para aportar mi granito de arena, mi decisión es que podéis escucharlo en la web siempre que os apetezca.
Más adelante, cuando la actividad vuelva a retomarse, en cuanto la imprenta vuelva a abrir seguiremos el proceso de producción de las cincuenta unidades premium y las 200 copias más sencillas que quedó detenido por el estado de alarma. Ahí estableceré un precio justo para aquellos que quieran obtener alguna unidad.
El diseño de Esther Wamba ya está acabado y estoy muy contenta de cómo ha quedado.
Por cierto, aprovecho para invitaros a las clases de yoga de las 19h en el perfil de Susu facebook direct. Estamos haciendo cada día una práctica de unos 45 minutos para soltar tensiones y concentrar la energía mediante la respiración. Me pareció una buena manera de ayudar a aliviar un poco el confinamiento.
Os mando un fuerte abrazo para estos próximos días que aun nos quedan.
Un abrazo
Susu