Con muchas ganas de grabar.
Estoy preparando un nuevo trabajo discográfico que tal vez lleve por título: Canciones y poemas de Susu. Me hace mucha ilusión y espero tenerlo listo para invierno.
Pasé una etapa de desierto creativo después del coitus interruptus del álbum “Mi Habitación” y la ruptura con el sello que se encargaba del lanzamiento y que me dejó tirada en plena presentación. Me perdí durante bastante tiempo pero no dejé de prepararme. Estudié guitarra, literatura y practiqué mucho yoga. A pesar del golpe nunca dejé completamente de crear y ahora tengo un montón de canciones listas para entrar una vez más en el horno y volver a jugármela. Ahora me siento más en forma que nunca.
Siempre pensé que el y la artista deben tener ante todo una fuerte fe en sí mismos. Y si esa fe se tambalea tomarse el tiempo necesario para restaurarla. Y seguir estudiando y nutriéndose es una buena forma de recuperar esa seguridad que es básica.
Una fe capaz de mover montañas y exenta al reconocimiento externo. Aunque parezca lo contrario, no puedes depender de lo que te digan los demás porque mucha gente lo único que querrá es hundirte.
Son tantos los casos de artistas que no fueron reconocidos en vida. Si hubieran dejado de crear al más mínimo rechazo nos hubiéramos perdido obras tan importantes como la de Van Gogh, Camille Claudel, Sylvia Plath o la mismísima Patty Smith. Sufrieron por locura, por amor, por combinar su familia y su trabajo. Algunas de estas figuras pagaron un precio demasiado alto.
Yo no compongo para ser reconocida. Si eso llega a suceder, bienvenido sea. Pero la realidad es que hago canciones y escribo porque lo siento, porque lo necesito, porque me divierte y a la vez me hace sentir yo misma. Compongo y escribo desde que tengo uso de razón. Desde muy niña.
Sé que hay infinidad de músicos más virtuosos y preparados que yo y los admiro profundamente pero en cambio no tienen esa capacidad creadora. Yo no busco el virtuosismo. Nunca me interesó. A mí lo único que me mueve es la emoción. Estoy aquí para hacer sentir. Esa capacidad es un regalo y es un deber desarrollarla pase lo que pase.
Tengo muchas esperanzas puestas en este nuevo trabajo que creo supondrá consolidar un camino que ha estado lleno de altos y bajos pero que es mi camino en definitiva y pienso seguir defendiéndolo a capa y espada.
De entrada, maquetaremos en agosto y una vez más dejo la producción en manos del grandísimo Victor Gorriti Querubini.
Un abrazo a todos
Susu